“¡Qué horrible máscara es esta fachada!¡ Qué orejas de burro esos dos campanarios!” escribió Víctor Hugo. Y lo Propio Pérez-Galdós: “El exterior es un armatoste greco-romano vulgar y desaborido”, ambos se referían a la actual fachada neoclásica. Pero que nadie se asuste, pues la primera impresión da paso a una magnífica catedral gótica.
Pamplona contaba con Obispo desde el año 589, y el antiguo templo cristiano fue destruido por Abderramán III en 924. Sancho el Mayor volvió a erigirlo entre 1004-1035, pero fue demolido para edificar una nueva catedral románica entre 1100 y 1127. Ésta se derrumbó en 1390 y Carlos III el Noble erigió la nueva basílica en estilo gótico, aunque se mantuvo la cabecera románica que sería finalmente sustituida por la actual según el proyecto de Ventura Rodríguez de 1783, siendo necesario ampliar la catedral con un tramo más, que los más observadores apreciarán al entrar en ella.
La Catedral posee verdaderas maravillas: el magnífico claustro gótico del XIV, la Capilla Barbazana (sala capitular), el mausoleo con las estatuas yacentes de Carlos III y Leonor de Trastámara en alabastro, el Museo Diocesano ubicado en las antiguas dependencias (cocina, la cillería -el almacén- y el refectorio -o comedor-), los retablos góticos del Santo Cristo y de Santo Tomás y el de San Juan Evangelista, el Cristo de Anchieta, la gran reja del coro forjada en el XVI, la sillería, la puerta Preciosa, y la talla en madera y plata de Santa María la Real del siglo XII. Sobre la sacristía rococó citamos de nuevo a Víctor Hugo: “Dante está en el claustro, Madame Pompadour en la sacristía”.
Entre sus once campanas hay que citar a la gran campana María, la segunda en tamaño de España tras la de
Toledo pero la mayor en uso, y que se solo se tañe de forma manual, la fundió PETRUS DE VILLANUEVA en 1584 y
pesa doce toneladas (solamente el badajo 200 kg.) por lo que como supone Pedro Arrese se emplearon bueyes
para subirla hasta la torre.