El Oreja (Jarauta 19) es un clásico rincón gallego de clientela fija. No dejéis de probar la oreja de cerdo o el pulpo, especialidades de la casa.
Zentral (Santo Domingo, s/n), se autodefine como “un mercado de suministros para la mayoría de los placeres humanos”, ahí es nada. Ocupa parte del mercado de Santo Domingo, el más antiguo de Pamplona, del que existen referencias desde 1565. Una alternativa de ocio completa, con sala de conciertos, bar y restaurante. donde se elabora una cocina de mercado bien elaborada y preparada para compartir.
Iruñazarra (Mercaderes 15) recién reformado, es un proyecto de Elena Aróstegui que se ha hecho un hueco destacado en la gastronomía de la ciudad. No solo por situarse en el corazón de la vieja Iruña, cerca de la famosa curva de la Estafeta, sino porque al aire nuevo del local le ha acompañado una cocina tradicional de valor seguro, una exitosa barra de pintxos y un servicio excelente y muy profesional. Hay que probar su Iruñanguilazarra.
El Lanbroa (Descalzos 7), es un pequeño y acogedor local con solera y una clientela fija, que vive que vive ahora una etapa más activa gracias a su oferta de picoteo donde son populares las tostadas y a una cerveza muy bien
tirada. Su «terraza natural» en la calle compone otro de sus atractivos, junto a Tomás, que nos atiende siempre de buen humor.
Y en el Burgo de San Cernin, destaca Katakrak (Mayor 54), que compone una de las ofertas más diversas y originales de Pamplona, con librería, cantina y lugares de encuentro. Un multiespacio cultural y una variada oferta gastronómica alternativa basada en una cocina vegana y ecológica.
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